martes, 2 de noviembre de 2010

La muerte de Nestor Kirchner

LA MUERTE DEL NESTOR KIRCHNER DEJA EN MANOS DE CRISTINA FERNANDEZ Y DEL PUEBLO ARGENTINO LA RESPONSABILIDAD DE SOSTENER UN MAGNIFICO EDIFICIO HUMANITARIO POR EL LEVANTADO
Su abrupta desaparición nos despoja de un actor fundamental en las tareas impostergables de liberación nacional; también de un perseverante y enérgico patriota en pos del bienestar y la felicidad del pueblo argentino, combinado con una astucia de gran estadista para integrarnos con seriedad a las decisiones internacionales.
Hasta el último momento de su vida, sin claudicar un solo instante, defendió su proyecto político, indiscutiblemente nacional y popular, como el de su sucesora presidencial Cristina Fernandez .
Desde el inicio de su gestión como presidente operó eficazmente en al menos tres planos imprescindibles para rescatar al país de las despreciables políticas  de años de subordinación, opresión y entreguismo:  internacionalmente en la cancelación de las agobiantes y extorsivas condiciones financieras del FMI, y en consolidar la unión de los países Suramericanos; nacionalmente en recuperar la autoestima del pueblo y obtener recursos para la redistribución social de la riqueza. En estos dos últimos planos jamás cedió ante los grupos de poder y a extorsiones políticas; aplicando diseños efectivos de confrontación pacífica en la solución de conflictos e incorporando cada vez  a más actores sociales, culturales y laborales a su agenda.
Fue articulando una relación estratégica con los pueblos y gobiernos latinoamericanos, sin discriminación ideológica pero consolidando lazos de integración democrática, buscando siempre la unificación social, política y comercial a fin de consolidar un bloque de países.
Pasará a la historia  como a uno de los principales arquitectos de la derrota institucional del neoliberalismo en América, al darle un no rotundo al libre comercio unilateral con los EEUU (no al ALCA) y esto es porque sus concepciones sanmartinianas y peronistas siempre estuvieron presentes a la hora de fijar estrategias en política exterior contra el capitalismo internacional.

Supo trasladar a su agenda política muchas reivindicaciones proclamadas durante el

repudio popular de finales del 2001 y lo emergente de los reclamos públicos del movimiento asambleario durante el  régimen duhaldista.
Gozaba de una maestría  y audacia para superar adversidades y presiones de grupos conservadores  y poderes monopólicos; sobre todo para imponerse al principio de su gobierno con un gabinete condicional y una baja cantidad de adherentes iniciales .

Recuperó parte del peronismo de las garras de políticos entreguistas y trepadores,

y neutralizó una renegada camarilla  gremial especializada en  entregar conquistas sociales; logrando  enfilarlo nuevamente hacia tareas de liberación nacional y justicia social ,negándoles protagonismo a muchos usurpadores encumbrados en el PJ que solo defendían intereses personales olvidándose por completo de los desocupados.
El los primeros meses de su gobierno disolvió sin temores conspiraciones golpistas y no se doblegó ante presiones externas, excluyendo de su agenda pública al liberalismo económico como al oportunismo de “izquierda”.
Hizo que las políticas públicas volvieran a ser el eje de las funciones de estado, demostrando que la redistribución de la riqueza y el acceso a los recursos esenciales es posible con crecimiento económico y con bienestar general.
Es de imaginar que para la “derecha “ argentina  tantos logros  solo puedan ser realizados por el mismo diablo en persona  y no por un gobierno simbolizado en una pareja de sureños .Ya que para ellos  los milagros solo pueden provenir de una potencia extranjera.   
Era de esperar que gobiernos que abarquen tamaños frentes de marginación e injusticias acumuladas, cometan errores, pero jamás podrán ensombrecer las transformaciones sociales alcanzadas que asombran al mundo por su consistencia.

Nuestro país pasó de ser una amarga regencia de banqueros y políticos

dóciles a poderes de turno, a uno que se levanta con dignidad, recupera su voluntad nacional, adquiere esperanzas y no se arrodilla ante la usura internacional.
Presentó batalla en todos los frentes posibles donde se agrupaban los opositores a las transformaciones sociales de Argentina, con entereza, naturalidad y pasión. Pasamos de la vergüenza administrativa a ser un país “serio” porque se recuperaron los derechos soberanos fuera y dentro de nuestro Territorio Nacional. Y así después de muchos años de deriva y frustraciones los argentinos pasamos a transitar nuevamente por un proyecto de Nación sin violencias sociales.
Incorporó sentimientos y grandezas en sus decisiones políticas y sociales, con un seguimiento estricto en el castigo a los culpables de violaciones a los derechos humanos, cualidades esenciales para la recuperación de la voluntad  después de décadas
de infamia, venalidad y corrupción estructural.
Su tarea de calificar con ética y justicia a la función pública estimuló a la juventud descreída de un país donde parecía no importar la dignidad de nadie y menos la de los jóvenes, investigadores, ancianos y marginados.
Su recuperación ante adversidades, al ataque permanente y sistemático de su gestión, a la hostilidad descalificadora de los medios a sus proyectos, a las calumnias e injurias profesadas por un poder perverso y violento, que no pudo quebrarlo del camino trazado y, si multiplicar su esfuerzo para sostener un proyecto que libere al país de la pobreza y la explotación. Pese a su poder real, nunca abandonó los recursos democráticos en su acción política y reaccionó con una sabiduría irónica, acompañada de respuestas realmente creativas e inesperadas que mejoraban la vida del pueblo.
Estas cualidades  lo colocan como el líder político mas destacado de las democracias populares pacíficas del continente, metodología que por su éxito es un paradigma revolucionario. Fue un atleta en todos los frentes, sobre todo en regiones críticas pobladas de  capas sociales abandonadas por las élites económicas.
Incorporó sentimientos a su predica política  sensibilizado por injusticias y derechos pisoteados y, la búsqueda de una solución permanente a estos problemas los consideró parte esencial para la integración popular y la unión latinoamericana.; como así también abordar los sufrimientos poblacionales ocultos por el poder dominante, dando lugar a las bases  políticas para la consolidación de un movimiento y mandando al tacho el “fin de la historia” o sea la negación de la historia popular por el neoliberalismo
Los contrastes electorales de debieron a que los “disidentes” que hace tiempo renegaron del peronismo, malversaron su política social o distorsionaban sus objetivos,

Confundiendo a sus beneficiarios. Su desaparición física nos priva de un insustituible

Líder social que se debe suplir con la organicidad de un movimiento político que retome todos los frentes y principios kirchneristas y los nuevos que aparezcan y no la estrechez de un partido herrumbrado que beneficia a sus cúpulas. Supliremos así su liderazgo humanizante por una organización permanente de la justicia social, en la que seré uno de sus impulsores.


Carlos Kifer
Organicidad Obrera

      

4 comentarios:

  1. Sin duda, Carlos, estas hablando de un legítimo militante de los setenta, que supo mantener el entusiasmo y las certezas de la época, para realizarlos treinta años despues. VAYA MI RESPETUOSO SALUDO PARA TAMAÑA FIGURA:

    ResponderBorrar
  2. Fortalecer el movimiento! esa es la tarea.

    ResponderBorrar
  3. proximamente vamos a dar nuestro pùnto de vista acerca de aquellos que quieren discutir si el kirchnerismo es un " tercer movimientohistorico " ? una subjetividad especulativa o una superacion del peronismo?

    ResponderBorrar