lunes, 17 de octubre de 2011

ERRONEAS O INTENCIONALES INTERPRETACIONES?

    Erróneas o intencionales mal interpretaciones llevan a confundir el papel de los sujetos sociales y a perjudicar el fin que los motiva. (Sobre todo al de los que Trabajan)

 El gremialismo, el movimiento obrero, la clase trabajadora organizada, la movilidad de la clase trabajadora y la sindicalización de las reivindicaciones obreras no son sinónimos, ni definiciones que se puedan equiparar entre ellas. Además históricamente en cada país tienen adaptaciones y distinciones particulares .Cada tipo de orgánica no es sustituible por otra, ni se pueden suplantar entre sí, ni tampoco decir que todo es lo mismo.  
    Los gremios surgen en Europa en la edad media (siglo XIII Y XIV) como unión del artesanado liberto para defender una misma profesión u oficio a fin de salvaguardar sus intereses, protegiendo los precios de su producción y la calidad de  su trabajo de los poderes de la época. Eran corporaciones de maestros, oficiales y aprendices de cada especialidad  (herreros, carpinteros, sombrereros, sastres, toneleros, panaderos, etc.) que obedecían a reglas precisas para encarar el proceso de la producción  y eran pasibles de multas severas por incumplimiento a lo específico de su tarea. Al maestro le correspondían plenos derechos; por lo general eran los dueños del taller, las herramientas y quien fijaba los precios; los oficiales eran los remunerados y los que reproducían controladamente la profesión.
     Cuando la industria se expande en Europa, sobre todo en Inglaterra, donde se origina la “revolución industrial”, la burguesía rechazaba el proteccionismo de los gremios medioevales, el colegiado del artesanado y el impedimento  a la libre importación  y comercialización; por lo que presiona para que supriman los gremios y se decrete la libertad de trabajo. Cosa que ocurre a principios del siglo XIX , pero se sigue manteniendo el  principio “ proteccionista “ para la industria interna ,tanto en Francia como en Inglaterra y en Los Paises Bajos, saliendo a imponer el libre comercio al exterior de sus fronteras para conquistar sin barreras  nuevos mercados comerciales.
    Las extremas condiciones de trabajo a que se someten los obreros industriales hacen emerger la primeras corrientes anarquistas europeas, que rechazan el nuevo estado dominado por el capital y la revolución industrial, oponiéndose a toda forma de sujeción estatal  y partidaria, aferrándose a un artesanado libre y hermanado, cuyos objetivos serían  distribuir la producción en base a necesidades de la población y sin cuerpos punitivos estatales de represión social. Interpretaban que los gremios originados en el medioevo dejarían de ser corporaciones pero funcionarían libremente en forma de asamblea pública, autogestionándose sin la necesaria tutela de la autoridad del estado.   
     Paralelamente se desarrollan también a principios del siglo XIX los promotores del socialismo utópico como cuestionadores al estado liberal burgués ante las crisis económicas,  las desigualdades sociales, el parasitismo de las élites y la expulsión del campesinado de las tierras cultivables (Owen, Saint Simon y Fourier : p/ eje). Como no consideraban  que era obligatoria la existencia de clases oprimidas como condición para la reproducción del capital  y que debían confrontar la brutalidad  y la exclusión a que las sometían los dueños del capital para paliar su miserable situación, sus propuestas no eran sostenidas por la mayor parte de los obreros industriales que debieron radicalizaron sus luchas con el surgimiento de los primeros sindicatos a través de huelgas, concentraciones y movimientos de resistencia. A diferencia del anarquismo, los socialistas utópicos sostenían que el rol del estado era orientar la propiedad hacia el colectivismo y que este garantizara la dirección  del la propiedad a quien mejor la utilizara. Además proponían eliminar la nobleza y los ejércitos realistas heredados por métodos pueriles que nunca aceptaron.  Sus teóricos contribuyeron al análisis de  la teoría del valor de los bienes y al valor de la fuerza del trabajo (jornal)  y a como se acrecienta el capital de manera que fueron desnudando las verdaderas fuentes del capitalismo. En este momento histórico surgen en Inglaterra los primeros modelos asociativos cooperativistas y el laborismo como movimiento político de base sindical que procura reformas en las representaciones parlamentarias para que se traten los derechos emergentes de los trabajadores industriales. Este, más tarde se extienden a otros países como Labour Party( Laborismo ).                                                                                                                                             Los gremios que reunían patrones, técnicos y obreros  por oficios surgidos en la estructura feudal fueron con el tiempo cayendo en desuso salvo en la restauración de regímenes totalitarios corporativistas .
    A mediados del siglo XIX se concreta el estudio científico del capital y las contradicciones de clases del sistema capitalista; así también se analizan las consecuencias de la revolución industrial en Europa. Carl Marx junto a Friedrich Engels elaboran la teoría del socialismo científico sobre la base del modo de producción dominante y  la lucha de clases que este desata en la economía política del viejo continente. Sostienen que las condiciones materiales imperantes y el desarrollo de la economía determinan las relaciones sociales. También que a medida que se desarrolla el modo de producción capitalista, este entra en conflicto con las relaciones de producción que genera, produciendo ciclos permanentes de crisis y que solo mediante procesos revolucionarios dirigidos por  un partido de la clase obrera, esta puede acceder a su emancipación, desintegrando al estado que la oprime. Estos  últimos conceptos subordinan los movimientos de masas y a los sindicatos a las políticas partidistas, razones que son propias a los mundos europeos, pero no trasladables mecánicamente a otros continentes, donde la realidad nacional no concordaba con la historia sujeta a las corrientes migratorias del siglo XIX y XX provenientes de Europa,. 
   En América la mayoría de los partidos tanto originarios o derivados del socialismo y el comunismo presentaron insalvables incoherencias entre sus proyecciones estratégicas, sus interpretaciones de los hechos históricos y las alianzas transicionales o tácticas; esto contribuyó a dispersar las acciones que movilizaban a las masas. Además mistificaron el historial arrastrado de las luchas europeas en perjuicio de los movimientos americanistas, a los que siempre menoscabaron, considerándolos subordinados a intereses finalmente burgueses por prejuicio, incomprensión o soberbia.
     Otro factor que influenció en la rebeldía  y que intervino en la movilidad de las masas obreras procurando  su organicidad fuera de las instituciones religiosas, fue que tardíamente en Europa, la Iglesia romana elabora una doctrina social, y debió hacerlo presionada como consecuencia de las graves injusticias que padecen los trabajadores, ocasionadas por la revolución industrial.  En el siglo XIX la curia aún sostenía a las castas absolutistas y a su potestad territorial, condenando a los movimientos revolucionarios y sus ideales. Recién el 15 de marzo de 1891 con León XIII  se manifiesta la Carta Encíclica “Rerum Novarum” para contener el decaimiento de la credibilidad en la iglesia sobre todo en poblaciones donde abundaban obreros y campesinos. El estado misérrimo y la exclusión social de cuantiosas masas humanas con disponibilidad de mano de obra abonaron sobrados motivos de rebeldía, en las cuales la raigambre cristiana de los sectores empobrecidos entraba en conflicto con las autoridades de la iglesia católica; situación que influyó a que progresivamente sectores del bajo clero que se inclinaran hacia ideales revolucionarios; sobre todo con la aparición de los curas obreros.  Esta encíclica apoyaba el derecho laboral,  y era permisiva a las uniones o sindicatos, siempre que se respetase la propiedad privada  y no se pronunciara el enfrentamiento entre clases sociales y entre el estado y la iglesia.                                                                                                                      Su prédica social era de armonía entre pobres y ricos o entre tenedores y desposeídos pese a que reconocía la existencia de clases sociales y de intereses económicos divergentes entre el capital y el trabajo. Además al considerar el derecho de propiedad y a la diferencia de fortunas como condiciones propias a la naturaleza humana, daba posibilidad a que el lucro abusivo solo fuera condenado moralmente y que el poder económico condicionara arbitrariamente la vida laboral y la cuantía del salario.
    Las concepciones de la Carta avalaban la existencia de asociaciones entre sindicatos, patronos y gobernantes, “siempre que la plebe se mantenga dentro de los límites del deber”. Estas sociedades al igual que los gremios del medioevo en muchos casos dieron lugar a la formación de corporaciones y a élites políticas despóticas (nacionalismo conservador). Los sindicatos que adoptaron estas doctrinas chocaron con serias dificultades para explicar los prejuicios esgrimidos hacia el socialismo europeo, y además de  ser considerados como parte del poder político dominante al ser vistos como partidarios del conservadorismo cultural, ya que la Encíclica sostenía: “ no se puede igualar en la sociedad civil lo alto con lo bajo”, “…todo es vana tentativa contra la naturaleza de las cosas”      ( se refiere lo anterior al ideario  de igualdad en el punto 13 de la Carta).                                                                                Estas razones  no les permitieron a este tipo de encuadre sindical desarrollarse en regímenes democráticos industrialistas donde predomina la libertad de cultos y de pensamientos. Un ejemplo de exposición conflictiva de la Encíclica lo vemos entre el punto 25 que dice “…la riqueza nacional no proviene de otra cosa que del trabajo de los obreros” y el punto 28 que dice “…mantenerse a la plebe dentro de los límites del deber”, o sea el que nació plebeyo, muere plebeyo.(dicho de otra manera :” El que nace obrero, morirá siendo obrero por deber impuesto”.  
    Las concepciones expuestas surgidas con la revolución industrial del siglo XIX en Europa influyen notablemente en las direcciones sindicales del siglo XX.
    Aunque se asocie a las organizaciones sindicales con el movimiento  obrero a nivel mundial, este las precede y sus primeras expresiones fueron espontáneas, por causa común y opresiones insoportables de regímenes totalitarios.
    Los orígenes del movimiento obrero en América se manifestaron en las rebeldías contra el abuso de las encomiendas y mitas en las minas, donde murieron centenares de miles de nativos; como dice la canción popular: ( “ aunque mi amo me mate yo a la mina no voy”), y en la prisión laboral de los obrajes, yerbatales, cafetales y haciendas. En el caso de Brasil este se condensaba en el movimiento abolicionista contrario al trabajo esclavo y con la aparición de aldeas libres (kilombos) 
   La adhesión  masiva de los indígenas del Alto Perú a las campañas libertadoras contra los realistas españoles se explica con razones a partir del ultraje laboral a que eran sometidos sobre todo en las minas, como si fuesen bestias de carga si derecho a protesta. Así lo demuestran los primeros juicios públicos  del joven abogado Mariano Moreno contra estos genocidios llevados a cabo por los explotadores de oro y plata del Potosí,  y los manifiestos de Bernardo de Monteagudo en los levantamientos de Chuquisaca. Claro es al respecto San  Martín cuando impulsó la condena a la esclavitud en  la asamblea del año XIII  y en su liderazgo en la guerra por la independencia al referirse a la libertad cuando dice: “Luchamos contra el prejuicio, la beatería y la opresión”. Además su campaña libertaria movilizó la actividad laboral  al promocionar la economía de Cuyo con recursos propios en 1816, sentando las bases de una emergente industria de abastecimiento al ejército sin perjudicar el resto de la actividad económica regional.
    Donde más se expresó la movilidad de los trabajadores, campesinos, técnicos y el pueblo todo fue en la defensa del estado soberano del Paraguay (gobernado por Solano López) durante el criminal ataque de la Triple Alianza (1865-1870) ( Imperio del Brasil, Gobierno oligárquico argentino del general Mitre y Partido colorado uruguayo de Venancio Flores, apoyados por Inglaterra). Este genocidio atroz al igual que cometió el brutal Imperio Romano contra los cartagineses, costo la vida de más de 900.000 pobladores paraguayos, destruyó un estado independiente que había nacionalizado la industria maderera, yerbatera y tabacalera; que creó la enseñanza obligatoria y los “montes de la patria” (tierras públicas al servicio de los habitantes), además distribuyó herramientas de labranza entre los trabajadores del campo, repartió tierras y útiles entre indios capaces, distribuyendo haciendas entre gente humilde. Se crearon astilleros, fundiciones y tecnologías para el transporte ferroviario, el telégrafo para las comunicaciones, etc. Al igual que Belgrano en Argentina promovieron las escuelas de oficios y artes, etc. Estos procesos industriosos del Paraguay coinciden en la práctica con los proyectos nacionales de Mariano Moreno expuestos en su Plan de Operaciones de 1810. Ambos hallaron inmediata resistencia por parte de los comerciantes ingleses. ya que generaban recursos humanos calificados para la actividad laboral  con conocimientos aportados libremente por profesionales europeos contratados, sin necesidad de someterse a la dependencia extranjera. Estos eran verdaderos motivos para la movilización de las masas en defensa de su soberanía. Por esto y por su proteccionismo contra el comercio forzado y el liberalismo de mercado que exigía Inglaterra es que su patria fue arrasada; episodio morboso que la historiografía liberal euro-dependiente ocultó vergonzosamente en toda América.
   Estos ejemplos rescatados muestran que los movimientos de las clases laboriosas preceden en América a la sindicalización de las demandas obreras y que se expresaban como sociedades patrióticas en muchos casos o mediante líderes regionales representados por caudillos, ya que el sometimiento integraba amplios sectores de las sociedades emergentes que luchaban contra la opresión y el servilismo. Aún hoy la existencia de los movimientos en América indican la incontinencia sindical para abarcar todos los reclamos sociales y políticos que emergen de las crisis del capitalismo dependiente y que afectan los derechos de los trabajadores. Esta es una de las razones por las cuales atribuirle solamente el nombre de “movimiento obrero organizado” a los afiliados sindicales y a sus circunstanciales direcciones hagan limitadas el alcance de las luchas ya que coloca solamente en las manos de sus dirigentes circunstanciales el futuro de sus aspiraciones, dejando de lado  otros beneficios que corresponden a otras áreas del estado. En los movimientos nacionales comprometidos a encauzar `proyectos nacionales y americanistas mediante políticas de estado están las herramientas que posibilitan acceso a las masa trabajadora a participar de las decisiones políticas y económicas, en estas condiciones es cuando los sindicatos pueden salir del marco resistente y economicista al de condicionar la forma de redistribución de los recursos económicos y sociales.
    En Europa los acontecimientos revolucionarios de 1848 en Francia repercutieron en todo el continente. Aunque sus objetivos fracasaron  por el oportunismo de las alianzas, de aquí  emerge un nuevo actor social espontáneamente, que reclama su participación política en los actos constituyentes y democráticos contra las extenuadas monarquías y sus privilegios de clase; y este actor no circunstancial es el movimiento obrero.
    En 1871 otro acontecimiento social sacude Francia y a toda Europa: se trata de la insurrección parisina contra la ocupación prusiana y la restauración monárquica. Los trabajadores que se habían alistado en la Guardia Nacional  toman el control de la ciudad, estableciendo la asamblea como organismo de acción política, autogestionando la producción de las fábricas abandonadas y resolviendo  la crisis alimentaria y de alojamiento. Esta decisión coloca al movimiento obrero como principal gestor político hasta que es duramente reprimidos por no encontrar respaldo efectivo en el resto del territorio francés.
   La irrupción del movimiento obrero cuando pudo imponerse a los estados de exclusión y al liberalismo económico, produjo con el tiempo cambios sustanciales  en el significado de las libertades democráticas, en el derecho de propiedad y en las relaciones económicas y sociales; sobre todo en el rol que los movimientos sociales  le asignan al estado en la consecución de las metas propuestas en sus proyectos nacionales( redistribución de la riqueza, ingresos salariales adecuados como base de la movilización de la economía, restricción a los monopolios (que son los principales motores de la inflación) ; educación , capacitación y recursos tecnológicos para todos los habitantes; lograr la participación y formar parte en el control de la administración de los recursos naturales, etc., en sostener la igualdad como base de la justicia social e impulsada como su política de estado; en los sindicatos y los delegados como representantes naturales de los trabajadores  ante los abusos empresariales de todo tipo; en la salud pública como garante de la vida y de la atención compleja, etc.) .
 De tal manera que la prosperidad de un estado libre este íntimamente ligada al igual que sus derechos humanos, al grado de integración política y económica de las clases laboriosas, como así del desarrollo de las economías sociales como alternativa ante la especulación  financiera e industrial del agónico capitalismo libremercadista.
   Los sindicatos han sido una asociación de autodefensa imprescindible de la clase trabajadora al desarrollarse el capitalismo y la gran industria, Surge  como herramienta para obtener sus reivindicaciones económicas contra el abuso y la intolerancia patronal y la sobreexplotación de los regímenes subalternos al expansionismo del capital financiero. Amanecen a principios del siglo XIX como sociedades de resistencia o mutuales, pese a ser reprimidos sus asociados sobretodo tras duras huelgas, movilizaciones y tomas. Son legitimados por primera vez en Inglaterra a partir de 1830 para luego ser aceptados en muchos países industrializados, pero las distintas corrientes partidistas (sindicalistas, anarquistas, socialistas, comunistas etc.) los fragmentaron, debilitando sus objetivos; aunque nunca dejaron de ser un pilar fundamental en las estructuras del movimiento obrero.
    Su accionar iniciado como asociación de resistencia y caja solidaria expuso la frágil situación de los trabajadores ante el poder político y lo mal que estaban respecto de las élites gobernantes, aunque fueran obteniendo tras persistentes luchas importantes conquistas en la seguridad social de sus afiliados. Esto también demostró los límites políticos de su estructura para terminar con la situación inestable de los asalariados por su condición de variable de ajuste del sistema y de las ganancias empresarias. Esto debido al lucro y la concentración incesante  que el capitalismo promueve de la producción industrial. Y que se agravó con las crisis interminables del sistema y el neoliberalismo, que no encontró soluciones a la exclusión social.  Los sindicatos ponen barreras a la avaricia del capitalismo pero no pueden cumplir con todas las reivindicaciones exigidas en procesos de alta movilidad y organicidad de la clase trabajadora sobre todo cuando se amplia su marco de libertades.
    Por lo precedente, son infundadas las corrientes obreristas de izquierda que subordinan los sindicatos afines a sus  partidos, pero pretenden por otro lado contradictoriamente un sindicalismo revolucionario “autónomo” que a través de una huelga general “revolucionaria” derroque al sistema vigente por el solo hecho de estar protagonizada por obreros sin analizar el objeto del estado y las movilizaciones políticas del resto de la sociedad. 
  En América Latina la movilidad de la clase obrera, la pluralidad de procesos productivos y la incorporación de nuevos  sujetos sociales, básicamente surge de políticas participativas implementadas desde el estado, cuando son orientadas responsablemente por gobernantes populares  hacia Proyectos Nacionales, que incorporen incondicionalmente en las decisiones económicas y soberanas  a las masas que hasta ese momento carecían de derechos y  condiciones materiales para ejecutarlas. Esta situación  surge cuando se liberan de la dependencia extranjera y de su capacidad, libertad,  organicidad y conciencia dependerán la estrategia de objetivos y la naturaleza positiva y elevada de sus logros. El ascenso social no significa dejar de trabajar, sino la inclusión de ambos géneros humanos participando en pleno derecho  y con responsabilidad en la distribución de la riqueza, calificando los recursos humanos ante la expansión del bienestar general y la prosperidad de la cultura nacional.  La desocupación y la pobreza no son causas naturales de una humanidad que nació imperfecta, sino en parte son situaciones provocadas por la concentración de recursos, poder y tecnología en clases parásitas que utilizan el estado, los recursos naturales, las finanzas y las comunicaciones exclusivamente en su propio beneficio.   
    En este marco, los sindicatos que adhieren a los proyectos nacionales y populares, serán el soporte básico para la plena vigencia de la justicia social en las condiciones laborales de todas las ramas productivas, además sus direcciones serán políticamente responsables por la representación que les concierne, de la subsistencia innecesaria e injustificable de la precarización laboral y del incumplimiento de los convenios.  Pero no todos los sindicalistas son líderes sociales, representantes actualizados o caudillos de las demandas laborales, por lo que su posicionamiento hacia políticas de estado esta sujeta a refrendarse democráticamente  ante la sociedad como prueba de compromiso con la movilidad obrera y su pertenencia cultural a esa clase social.   
    La pluralidad de modalidades productivas refrendadas socialmente por necesidad, sobre todo las que surgieron como respuesta a la catastrófica desocupación producida por el neoliberalismo y a la exclusión violenta de toda modalidad económica que no acuerde con las mismas del capitalismo internacional; que desecha las economías regionales relegadas, negando sostén de pequeños productores, marginando la posibilidad de cooperativización de servicios básicos y recursos a comunidades relegadas, etc. , son y serán alternativas laborales y económicas que ningún proyecto nacional puede eludir ni dejar de promocionar y proteger.

 Además sus sostenedores deben gozar de un marco de garantías tecnológica, promocionales y de seguridad social  de parte del estado para poder abarcar también la gran industria; razón esta de la organicidad obrera en la planificación industrial de nuevas economías de Argentina.     
    Estas empresas de nuevos sujetos de carácter asociativo y comunitario, de economía social o solidaria, comunales, mutualistas, cooperativas, ONGes, etc., aunque no se relacionan estructuralmente en la modalidad capitalista obrero-patronal o asalariado-sociedad empresaria pero que producen bienes de servicio y de transacción social con similitud de calidad o aún mejores que los de la industria tradicional (rentabilidad de mercado y maximización de beneficios) en la mayor parte de los casos sus emprendedores no necesariamente deben ser asociados a los sindicatos para la defensa de sus intereses y actividades  Solo en escasos ejemplos, por profundizar experiencias productivas en épocas de crisis, los sindicatos incorporaron a las cooperativas solidariamente por su rama industrial-( Sind. Gráfico p/e-), porque la mayoría de los gremialistas no acertó o disiente con su encuadramiento, por no saber contenerlos o por considerarlas conflictivas por su autonomía en la producción.
  Pero los que sí deben sostener a estas iniciativas de producción con trabajo y rentabilidad compartida son los estados nacionales, promoviendo y asegurando su naturaleza, además de contenerlas con seguridad jurídica y garantías de estabilidad sustentable y seguridad social.
 El logro de estos objetivos depende  de la organicidad obrera en las estructuras del estado donde deben accionar sus proyectos. Esto es indelegable porque es desde el estado  donde  se asegura la obligación política de otorgar el derecho a acceder a una labor digna y responsable a todos campos de la actividad a sus habitantes sin privilegios de clases, movilizando los recursos humanos y de tecnología en toda  su capacidad.  
     Estos últimos aspectos nos hacen apreciar que los partidos en América segmentan, en cambio los movimientos unen y asocian diversos actores sociales con una pluralidad de concepciones pero con ideales de justicia comunes. 
     Contemplando el caso Argentino previo a los acontecimientos del 17 de Octubre de 1945, una importante cantidad de trabajadores provenientes de las corrientes inmigratorias europeas de ciudades industrializadas, no comprendían el carácter anticolonial de las luchas obreras y populares en América, de manera que se aislaron de la problemática social que heredaba el país  en su condición de estado dependiente, y sobre todo en su interior profundo. Las clases que detentaban el poder económico y político local
fundamentalmente eran una combinación de burguesía comercial con latifundistas exportadores subordinados a Gran Bretaña   (pseudo aristocracia u oligarquía), que no estaban entusiasmados con la industrialización. Razón por la cual los sindicatos tenían serias dificultades para unificar criterios de acción por no distinguir la naturaleza de las penurias populares que no siempre se dirimían en conflictos obrero-patronales (burguesía vs. proletariado).
 El peronismo ya en su amanecer como movimiento político por el año 1943 es quien nacionaliza la condición del trabajador y lo inscribe en una movilidad social sin precedentes, además de otorgarle derechos laborales y sociales con impulso de la sindicalización. El nuevo sujeto social es el movimiento obrero organizado como columna vertebral de la EXPANSIÓN INDUSTRIAL (era el  generador del valor agregado y tendía a ser el principal consumidor de bienes) para alcanzar las metas de un proyecto nacional con justicia social.  La expresión política del movimiento de masas era el gobierno democrático de Perón y es este quien tomaba la conducción de los objetivos revolucionarios emprendidos con los cuadros que lo sostenían,   pero sin preveer golpes ni regresiones colonialistas, ni que la propia burguesía industrial ascendente en la economía peronista junto a la cúpula eclesiástica sostenida inicialmente, conspirarian luego abiertamente contra sus benefactores ( por los beneficios que les otorgó el gobierno).          Como antecedentes de comportamientos sindicales previos al 17 de octubre de 1945 se evidenciaron serias divergencias ideológicas y de objetivos, ya gran parte de sus direcciones no preveían la gran movilidad que provocaría la prisión de Perón y la  amenaza de anulación de las conquistas laborales y salariales que ya habían obtenido a partir de 1943.  De manera que mientras aún debatían los pasos a seguir, centenares de miles de trabajadores espontáneamente se empezaban a movilizar hacia Plaza de Mayo.
El paro y movilización emergente era ya un hecho irreversible que había trascendido al marco del sindicalismo contestatario y partidista. No era el sindicato en sí lo que fracasaba sino las meta políticas de  gran parte de sus dirigentes.
    Tanto Raúl Scalabrini Ortiz como J.D.Perón observaron en sus viajes al mundo europeo la diferente naturaleza de sus sociedades y de su organización socio- económica como política respecto de las americanas. Especialmente comparando las divergencias entre las democracias elitistas, y el nacional-socialismo corporativista respecto de los movimientos populares americanistas. El primero pudo desenmarañar la estrategia colonial británica y de quien debíamos liberarnos, el segundo intuye claramente que el movimiento obrero, organizado tras un proyecto de industrialización nacional, es el sujeto social de la emancipación Argentina y además como la clase trabajadora puede acceder democráticamente al reconocimiento de sus derechos por el estado con el pueblo movilizado.
    Tanto fracciones importantes del anarquismo, como del ideario socialista y del cristiano, al ver los logros sociales de un nuevo estado popular emergente en 1945, inesperado y desconocido para sus concepciones euro-céntricas (siendo este pionero en América por la cuantía de derechos sociales reconocidos y sostenidos), no vacilaron para sumarse desde el origen al movimiento nacional y a la defensa de sus conquistas sindicales. Esta cualidad plural de filosofías convergentes produjo en los hechos que no se constituyese una única teoría interpretativa del proceso transformador y de sus consecuencias, aunque era necesaria una unidad de acción para cumplir con los objetivos proyectados desarticulando cualquier posibilidad de restauración de poderes reaccionarios. En el plano sindical, por esto se procuraba una sola CGT, aunque esto no convalidaba que los cargos jerárquicos sean eternos. sino que siguieran claros procesos  democráticos refrendados por las bases del movimiento obrero(delegados, familiares, profesionales asalariados, capacitadores, asesores sociales y culturales, etc.), que son quienes deben establecer las condiciones políticas.
     La restauración del liberalismo oligárquico, la derogación de la constitución del 49 y la cooptación de parte de la dirigencia sindical por parte del golpismo militarizado de 1955 y de 1966 no bastó para imponer un nuevo modelo de dependencia perdurable, porque a partir de 1976 se necesitó planificar un genocidio el con el fin de destruir el movimiento obrero y a la intelectualidad rebelde para poder instalar el neoliberalismo. Este objetivo para cumplirse necesitaba del ejercicio del terrorismo de estado con métodos increíblemente sádicos y sanguinarios ( estos recursos extremos del capitalismo salvaje también mostraban que entraba en una crisis terminal ) Es decir que el estado no desapareció como algunos sostienen, sino que se extinguió solamente para los  empobrecidos, marginados y a los que quedaban afuera del “mercado”; porque desde ese momento el estado y sus bienes pasaban a ser propiedad exclusiva de los grupos económicos del capitalismo internacional sin fronteras, que no necesitaban exhibirlo mas al público para que este no tenga donde y a quién reclamar bienestar. Esto dio lugar a lo que se llamó “patria contratista” en la cual el estado pasó a ser sostenedor de los fondos buitres y de los comisionistas de inversiones.
   El neoliberalismo o liberalismo financiero internacionalizado es la política económica donde la especulación monetaria y financiera prevalece sobre la actividad productiva y su renta, y donde se exime al “estado” de su responsabilidad en las políticas públicas, de asistencia social, de regulación económica, de promoción  industrial y asistencia al trabajo. La evasión impositiva, la declaración parcial de las ganancias, las ventas en “negro”, los contratos “precarios”, etc., son maniobras propias de los grupos económicos concentrados y de especuladores financieros exacerbadas por el neoliberalismo que le permite la fuga de capitales disfrazándolas con contabilidades “empobrecidas”.    
  Las primeras reacciones en argentina contra esta fase del capitalismo internacional fueron marginales, porque el sindicalismo en gran parte domesticado por perversión, solo cumplía roles testimoniales y el contestatario careció de metodologías eficaces de reacción. Además como la meta era forzar la desindustrialización  para apoderarse  sin resistencia de los productos primarios y de las empresas del estado, la táctica de presión de los sindicatos hacia los empresarios para luego negociar, fracasaba.
 Los límites de la acción sindical no son reemplazables por un partidismo clasista u obrerista, pues se necesita la organicidad permanente del trabajador en las políticas de estado y su inclusión no debe depender de la aparatología electoral.  El sindicato gráfico ha sido casi la excepción al abarcar empresas recuperadas, por haber igualado la condición de los trabajadores de las empresas cooperativizadas a los que están en  relación de dependencia, en los beneficios de su obra social y en la temática de los derechos ya constituidos por acción de sus emprendimientos.
 Fueron escasas las acciones organizadas que pudieron cubrir las espaldas de los desocupados por su alarmante proporción, apareciendo numerosos intermediarios en los miserables subsidios arrancados por la crítica desocupación, siendo estos agentes verdaderos parásitos sociales de la pobreza y la desesperación. Hasta esto se tercerizaba por derecha o por izquierda. La acción del “punterismo” y el pseudo revolucionarismo ante la exclusión social, en la mayoría de los casos solo encubrían la ausencia del estado neoliberal en políticas públicas.
    La rebelión social de finales del 2001 principalmente contra los  gobiernos títeres y la ineficacia total de la partidocracia sumisa y entreguista, posibilitó por descarte el ascenso presidencial de Nestor Kirchner que rejuveneciendo propuestas populares encausa nuevamente un movimiento nacional que parecía condenado a la desaparición, demostrando que el país fue víctima de un despojo brutal e institucionalizado sostenido vilmente por un aparato comunicacional monopolizado que amordazó la opinión pública.
 La política de inclusión social y de sostén de nuevas economías sociales evidencia que nuestros  recursos humanos, tecnológicos y naturales eran y son uno de los más calificados de Suramérica, demostrados por la inesperada y eficaz recuperación de nuestra economía.
 Pese a la desaparición física del ex- presidente y a un aparato conspirativo reaccionario llamado tímidamente “oposición” que contiene todos los viejos poderes que sostenían la dependencia estructural, su proyecto fue enérgicamente enarbolado por Cristina Fernández, comprometiéndose políticamente a profundizarlo.
 Esta tarea consideramos que requiere de un movimiento, orgánicamente y concientemente estructurado, que evite la dispersión partidista y burocrática de la extraordinaria voluntad del  pueblo argentino, que será garantizada con la incorporación institucional infaltable de los nuevos sujetos sociales y políticos al estado, refrendados por una adecuada Ley Fundamental.
          
                                                                La Organicidad Obrera
                                                                C. K.  art. Editorial

sábado, 25 de junio de 2011

REPARACION HISTORICA DE NUESTRA LEY FUNDAMENTAL

Reparación histórica  de Nuestra Ley Fundamental

                              Los Argentinos y quienes aprecian nuestro bienamado suelo patrio,no solo hemos soportado gobiernos de facto impuestos mediante dictaduras militarizadas para violentar nuestros derechos y riquezas ,sino que aún hoy  nos condiciona y somete una constitución de facto ( la de 1853) ,ya que la que surge  de la asamblea constituyente de 1949 fue repugnantemente violentada . Esto se debía principalmente a que echaba por tierra los dogmas del liberalismo económico y a que con ella caducaban los permisos coloniales otorgados por nuestra oligarquía  a Inglaterra . La Ley madre del 49 que  reemplazaba  por  la de 1853 por voluntad popular  y necesidad social, y que fue paradójicamente aprobada cumpliendo todos los requisitos “democráticos y constitucionales” heredados del despotismo ilustrado, también da fin al régimen de minorías que se consolida después de la derrota de Caseros en 1852 (guerra contra el federalismo provinciano),  por ello jamás debió ser abolida y ocultada.  
 Esta innovadora Ley Fundamental fue ilegítimamente derogada   para imponer una regencia  extranjera a punta de bayonetas en 1955.
      Lo expuesto no es un juego de palabras, pues la permanencia de tal atropello jurídico convalida el libre albedrío en la aplicabilidad de leyes que ya prescribieron y nos expone a la discriminación y violencia de los que asaltaron el poder.

Hoy el supremo no es todavía el pueblo sino una superestructura jurídica donde predomina la ley del mas fuerte ,maldiciendo los principios del jurista Ulpiano.

      La Asamblea Constituyente de 1949 tenía como uno de sus objetos pasar de una constitución de comerciantes y prestamistas  con garantías sin límites al capital extranjero a una que otorgue seguridad jurídica al pueblo argentino, garantizando soberanía territorial y la inalienabilidad  de los recursos naturales, como así poner el capital al servicio de la sociedad  respetando los derechos impostergables de la clase trabajadora y  colocando al estado como garante de la justicia social.

 Por lo tanto, urge el principio de restaurar la Constitución de 1949, que nos beneficiará como país soberano y será la primera garantía de seguridad jurídica a nuestra actividad económica. Todo nuevo proceso constituyente deberá afirmarse sobre esta base para que goce de todas las herramientas legales y asegure los principios de igualdad para todos los habitantes sin privilegios ni impunidad.
                                        
                                                                                    Carlos Kifer

jueves, 28 de abril de 2011

LA INCOMPRENSION DEL PERONISMO POR LA IZQUIERDA

La incomprensión del peronismo por la Izquierda



De la lectura del articulo publicado en el periódico Tiempo Argentino sobre un resumen del texto “Los cuatro peronismos” de Alejandro Horowicz del 02/01/2011 y del análisis posterior del mismo autor de las “Colectoras de izquierda y de derecha” del 22/02/2011 del periódico mencionado, me surgen marcadas diferencias de apreciación a su interpretación de los movimientos nacionales y particularmente del peronismo, que hace imprescindible otra evaluación de los acontecimientos expuestos.

En principio ni con"cuatro peronismos” Horowicz alcanza a explicar el movimiento nacional, popular y revolucionario llamado peronismo.

Esto se debe en parte, a ver solamente sus “conducciones fácticas” en períodos en que se proscribió al movimiento ( aprecia al peronismo solo a través de su estructura partidaria) y cuando el régimen dictatorial creyó eliminada a su militancia, que se oponía al retorno a un pasado liberal ,encuadrado e instalado legalmente por la constitucion de 1853.
Además muchos “analistas” coincidieron con los instigadores del golpismo en que, con la muerte de Perón ya se creían acotados culturalmente los sentimientos populares a “rituales puramente nostálgicos y anacrónicos”, subordinando la participación popular a un bipartidismo controlado y domesticado, una vez destruido el “estado de bienestar” y los recursos institucionales patrimoniales que lo promueven.

Otro aspecto que oprime la libertad del estudio del “peronismo” es cuando su autor es cautivo de la metodología conceptual de las corrientes de la izquierda académica, que necesitan etiquetar previamente estos fenómenos de masas para describirlos. ( como inscriptos dentro de ciclos históricos de devenir rígidos , – esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo- donde la realidad histórica debe acomodarse al marco teórico y no este a los acontecimientos que movilizan los recursos humanos hacia sociedades mas justas, que son poco predecibles y repetibles, y tampoco encajan en esquemas o “etapas pre-concebidas”. . En lo metodológico, quienes hicieron una interpretación mecánica de las teorías democráticas, socialistas y comunistas desarrolladas en el contexto europeo o de sus movimientos nacionalistas.
Cuando se remiten al estudio de los movimientos nacionales americanos o solo lo perciben como resaca de la lucha de clases, o como ciclos populistas dentro de los propios intereses de las burguesías locales, de desarrollo inorgánico, demagógico o autoritario.
El objeto de análisis en este caso el peronismo, desde esta óptica etiquetadora, deberá encuadrarse mayormente en los estereotipos conceptuales de la izquierda intelectual, osea como frente policlasista, o como movimiento populista, o como bonapartismo criollo , o como alianza de clases liderada por un sector industrialista de la burguesía y del ejército( con lo cual es 99% burgués) , o como nacionalismo de estado, o como estado paternalista, etc., pero nunca como una experiencia popular democrática, organizada políticamente en un proyecto nacional y con transformación social y ética, que incorporaba a la clase trabajadora como sujeto activo de la economía y de las políticas de estado, para que el país dejara de ser una gran estancia europea. Y es así como se puede comprender su dinámica movilizadora y su arraigo en las masas. Todo esto dentro de un proceso interno e internacional de grandes confrontaciones ideológicas y políticas que amenazaban la continuidad del gobierno electo.

De los tantos etiquetamientos que padecieron los movimientos populares, muchos cargan con ofensivas caricaturas que confirman los prejuicios culturales de las capas medias vacilantes y temerosas, que ademas son hechos con intención perversa y oportunista para derrumbarlos. Otros son producto de la incomprensión “intelectual”, que vulgariza y oscurece su significado como identidad de sentimientos colectivos, aislando su poder natural de comunicación y que pueden deberse a errores de formación.
La mayoría de los movimientos nacionales del siglo XIX y XX en Europa (nacionalismo aristocrático), asociaron decadentes noblezas con industrias concentradas, capital bancario, militarismo expansionista y parasitismo administrativo; no tolerando la participación popular en sus filas, por ello reprimieron violentamente protestas obreras y campesinas que se revelaban contra el poder de estas élites autoritarias que expulsaron de su territorio las capas empobrecidas. Entonces el partido era la herramienta colectiva para poder defender sus intereses de ‘clases excluidas”.

Pero en América las variadas corrientes migratorias importaban prejuicios étnicos y fronterizos como de filiación política, cultural y teórica que sectarizaban y rivalizaban sus luchas haciendo que ningún frente político y asociación gremial prosperara algo más allá de sus propias filas. Esta es una de las razones por lo cual los movimientos nacionales se convirtieron en factor fundamental de unión de marginados, explotados, excluidos y engañados, sin que mediaran filtros ideológicos o de castas en sus adhesiones o inclusiones. Bastaba fortaleza en las convicciones de justicia social, compromiso con los sentimientos patrióticos y ser solidarios con nuestros semejantes.
Perón es ungido como líder de un nuevo movimiento de masas el 17 de octubre del 45 y no como secretario de un partido; por esto no podía subordinar la existencia de un movimiento nacional que sublevaba el subsuelo de la patria postergada, a ninguna alianza con partidos preexistentes, aunque estos tuvieran afiliados obreros o radicales yrigoyenistas. Por esto Horowicz se equivoca cuando sostiene que Perón “no estaba interesado a que sobrevivieran ambos nucleamientos “ en referencia al Partido Laborista encabezado por Cipriano Reyes y Gay, y la Unión Cívica Radical Junta Renovadora con Hortencio Quijano a la cabeza, (que apoyaron la futura presidencia de Perón pero con candidatos propios) ,como si fuese un capricho personal provocar su extinción posterior por celos de dirección, cuando en realidad lo que primaba era que un movimiento integrador y revolucionario no se podía subordinar a las decisiones políticas de partidos que no comprendían su naturaleza y proyección. Esta innecesaria y conflictiva relación política de por sí era inaceptable, ridícula y regresiva. En principio ambos partidos sin el movimiento nacional y popular presente hubiesen sido demolidos por el continuismo liberal-oligárquico que buscaba acomodarse con otros aliados externos. Por otro lado es ridículo que un movimiento en América se presentase como subordinado a un partido, o sea dirigido por una alianza de partidos; cuando en la mayoría de los casos sus metodologías de acción difieren sustancialmente o se enfrentan por la diferencia de los sujetos comprometidos.
Tanto Scalabrini Ortiz como Perón en su viaje por Europa en la década del 30, se sensibilizan de las diferencias de sentido político que tenían los movimientos en ambos continentes, que hacen que el primero( por Scalabrini) preanuncie muchas de las consignas que enarbolara el futuro movimiento y que el segundo distinga claramente quién será el nuevo sujeto que necesariamente debía incorporar socialmente la revolución que se avecinaba, y que era el movimiento obrero organizado en un proyecto nacional, americanista y soberano, donde los principales recursos naturales y humanos se convirtieran en patrimonio público.

Como se puede deducir, lo originado en América no tiene vínculos con los movimientos nacionalistas europeos.

El movimiento se incuba en la reacción al extraordinario despojo, abandono y marginalidad que inexplicablemente sufrió el pueblo argentino especialmente durante la década infame, también a la dependencia económica, a la insoportable explotación de los trabajadores y a la relación prácticamente colonial con el imperio británico. Todo esto acentuado por la incapacidad de los partidos existentes a revertir la situación y de quebrar con el fraude institucional. Es decir surge como la antítesis de la argentina colonial, donde las libertades y privilegios solamente existían para los ricos, poderosos y entregadores.
Esta reacción social y política no se expresaba como dilema entre burguesía industrial y proletariado; porque la primera no dominaba en el plano político ni era “hegemónica”, y por el otro lado el trabajador ni siquiera era reconocido como “clase” social y los gremios aún funcionaban como sociedades de resistencia pues el estado no los incluía.

Es a través del movimiento peronista donde el obrero logra afirmar los derechos sociales de la clase trabajadora, y cuando éste accede al gobierno el estado incorpora los tribunales laborales y reglamenta el derecho laboral como materia específica para sus reclamos históricos, además autoriza y promueve sindicalización por rama industrial, con el complemento de la creación obligatoria de delegaciones obreras por fábrica con elecciones internas periódicas.
El estado se obliga a dar cumplimiento a los convenios colectivos. Crea además el Ministerio de Trabajo y Previsión Social para lidiar en los conflictos laborales, etc. Aún así casi ninguna conquista laboral caía al obrero del cielo: fábrica por fábrica, industria por industria, contratista por contratista, patrón por patrón etc.,tuvo que ser confrontado duramente para que se acogiera a las nuevas reglas sociales que sacaban a los seres humanos del salvajismo y la servidumbre colonial. La diferencia fue que por primera vez en la historia el estado estaba a favor del más débil en los litigios laborales y hacía cumplir la ley. Esta transformación política y jurídica excede con creces el programa reformista del Partido Laborista, que nunca fue una “alternativa” para un movimiento de masas y el que para “sobrevivir” deberá justificarse con otros planteos conceptuales que sus direcciones no tenían, y que no fuesen solamente las del trade- unionismo británico.
Didácticamente expresaba Eva Perón ante los trabajadores: “No somos un partido político, somos un movimiento que tiene una doctrina, un conductor político y un proyecto nacional que defender y le pedimos a sus dirigentes que quieran a la clase trabajadora”, Las dos últimas condiciones citadas por Eva, que son fundamentales para el existencia del movimiento nacional y popular (o sea para que exista el peronismo) no estan presentes en lo que Horowicz considera como el 3er. y 4to. “peronismo”. (desde el retorno de Perón hasta el fin de la presidencia provisoria de Duhalde) Porque a ese “PJ” ya antes de su muerte poco o nada le interesaba la liberación nacional, el sacrificio de toda una generación, pero sí el neoliberalismo, y porque la mayoría de los gremialistas encumbrados habían perdido su amor por la clase trabajadora, por Perón y por el movimiento, pero no por su cargo”.
Esto implica que quienes se atribuían la representación peronista eran en los hechos impostores y embusteros que usurpaban una representación que no tenían, y que habían sido copartícipes de la destrucción del movimiento(o sea del peronismo), por lo tanto incluirlos como “peronistas” no tiene consistencia, es un agravio y no reporta saberes.
Algunos analistas califican lo precedente como la “alvearización del peronismo” en rememoración a la complicidades de Marcelo Torcuato de Alvear con el golpismo Uriburista, con el liberalismo proscriptivo de A.P.Justo y por renegar del movimiento yrigoyenista (radicales con galera).
Eva Perón sintéticamente explicaba que el peronismo “será revolucionario o no será nada”, o sea que debía transformar desde sus bases las estructuras sociales del país que sostenían las desigualdades sociales y la dependencia, o “la nada” : es decir un partido mas, subordinado al poder colonial que responda sumisamente al capitalismo internacional con coreografía populista. Como vemos, observaba solamente dos rumbos posibles: en el revolucionario el peronismo tenía al pueblo como sujeto permanente o sea era el soberano decidiendo su futuro y en el otro, el peronismo era solamente un partido domesticador de las masas para negociar intereses personales con los poderes de turno.
Con razón funcional y por representación Eva Perón no preveía mas de dos accionares para el movimiento popular y, desde esta disyuntiva de hierro es como hay que analizar su circunstancial situación, ya sea desde su proscripción violenta por golpistas, o cuando democráticamente reconquista el gobierno, o cuando se sustituye provocativa e innecesariamente al Dr. Cámpora, (defenestración alentada por grupos reaccionarios nativos y extranjeros y porque con Cámpora se debían revalidar títulos y compromisos con el movimiento, en cambio con Perón imperaba el rodeo, la obsecuencia y el aparato ) ,ya que nadie podía negar el poder representativo de Perón en el pueblo y el peso de sus decisiones políticas sin mediar en esto el cargo administrativo que tuviese .
Pero al saber su precario estado de salud muchos jerarcas temían que Campora con varios años más de mandato le sucediera en el poder y relevara de sus funciones a renegados y conspiradores, tanto del aparato político como del sindical para fortalecer con nuevos cuadros la movilidad trunca por 18 años de proscripciones y persecuciones.
La muerte de Perón, deja al descubierto la incapacidad que tenía el PJ de la época, con Isabel como presidenta del “partido” y como jefa de estado sustituta, ensombrecida por el ocultismo inquisidor de López Rega, de continuar un liderazgo histórico, sin el movimiento nacional y popular de respaldo y sin una juventud entusiasta por construir el futuro (o sea el peronismo que ellos mismos combatieron). Era poco realista pensar que se pueda sostener milagrosamente un régimen así, como una ficción democrática, persistiendo en una ridícula formalidad partidista, sin masas de apoyo, persiguiendo a la juventud y a los cuadros políticos, sin movilidad, sin proyectos, con crecientes conflictos laborales y en ejercicio de terrorismo de estado. Y menos que pueda perdurar a mediano plazo con fuertes presiones externas para liberalizar completamente los mercados y con cúpulas militares hostiles a toda continuidad “democrática”. La inmovilidad del pueblo produjo el resurgimiento de la violencia sistemática dictatorial que destruyó implacablemente los cuadros políticos, gremiales y juveniles de un movimiento que se resistían a la entrega, especialmente los de origen obrero, cancelando así el breve período democrático en la vida política argentina.
El papel de las diversas y presuntas direcciones, renegadas al peronismo, encarnadas dentro del PJ y en los feudos sindicales con disfraces populares y las invasiones oportunistas de ambiciosos a cargos y poder, no justifica segmentar su estudio en una variada oferta de presentaciones coyunturales aburguesadas que solo favorecen al las intenciones regresivas del poder monopólico (confundir, desarraigar, corromper, desalentar, no importa como, o violentar sin contemplaciones, para conservar el poder).

Siempre la naturaleza de las transformaciones sociales, como la calidad de sus direcciones dependerán del grado de organicidad que tengan la pluralidad de los actores de los movimientos nacionales revolucionarios y no tanto de adhesión o filiación partidista; porque la herramienta popular de los pueblos americanos es el movimiento y no el “partido” culturalmente eurocéntrico y que solo puede asegura logros tácticos y puestos en la administración pública pero no garantiza objetivos sociales a las masas.

El segundo “Peronismo” para Horowicz esta integrado “básicamente” por ”direcciones sindicales variopintas”, por las 62 organizaciones, obviando ciegamente el acontecimiento mas importante de su reafirmación como movimiento inspirado en las luchas obreras y de masas, no resignadas a permanecer indefinidamente como clase social sometida y explotada, pese al golpe de estado de 1955.
Este hecho fue conocido como la Resistencia Peronista: expresión decididamente activa y militante con arraigo en todo el país de cuadros fuertemente comprometidos con la clase trabajadora y la liberación nacional, de sentimientos americanistas con conciencia colectiva de pertenencia aun movimiento integrador, y también causa fundamental para la comprensión de todo acontecimiento político y sindical posterior.
La reacción hacia el golpismo contrarrevolucionario de 1955 fue espontánea y natural, sin líderes y mentores. Y es porque durante el gobierno peronista del 46 al 55 no se elaboró un plan estratégico que previera un golpe, una conspiración violenta o conflictos a gran escala provocados para derrocar gobiernos democráticos y constitucionales.(Winston Churchill había declarado al gobierno peronista como el principal enemigo americano de Inglaterra y Estados Unidos según aseveraciones del propio Perón planeaba réplicas militares sobre bases de aprovisionamiento en caso de ser vencidas las fuerzas golpistas).
En estas imprevisiones influyeron concepciones evolucionistas lineales de Perón (“Comunidad Organizada”), que creía que mediante el justicialismo se pasaría de la sociedad del “ yo” ( liberal) a la del “nosotros” (con justicia social) y que por ser un ciclo superior de la conciencia colectiva nacional no admitía posibles regresiones a regímenes neocoloniales impuestos por el capitalismo-imperialismo. Por esto sostenía en esa década también “que el antiguo sistema capitalista hoy ya esta superado”, o que” todo el ejército trabajaba en bien de la nación abandonando sus resabios con gobiernos oligárquicos”. Argumentos determinantes que no ponderaban debidamente la magnitud de la reacción oligárquica y que no convencía a muchos militantes sociales, pobladores, a algunos intelectuales y a sectores laborales que siempre sufrían algún escarnio o humillación y lo percibían a diario tanto de los partidos opositores, como de los medios de difusión, o cuando se incorporaban al servicio militar, sobre todo en el interior o en las comunidades nativas donde el beneficio del trabajo o la redistribución de la riqueza no se les acercaba.
Los que se exponen en la resistencia y que consta por relato de sus actores, es un activismo convencido de que en 1955 se había frustrado un proyecto industrialista autónomo, de que los promotores del golpe operaban para que la justicia y la inclusión social desaparecieran como esperanza de las mayorías( “para que el hijo del obrero muera siendo obrero”), así como los deseos de una sociedad mas justa, libre y soberana; también que la clase trabajadora sería la mas castigada por su osadía emancipadora y que la democracia solo figuraría en la cartelera si no irrita a los poderosos,.Estos y muchos argumentos mas hicieron reflexionar a lo patriotas en que nuevamente valía la pena volver a arriesgar la vida, como lo hicieron los que pelearon por la independencia, los actuaron en la Vuelta de Obligado, las luchas de la resistencia federal, los héroes de Paso de los Libres, etc.,como las milicias de Guemes que jaqueaban permanentemente al enemigo realista y no lo dejaron avanzar un solo paso mas, como personas sencillas que no tenían nada que perder ,pero sentían que había una patria que proteger y recuperar si era avasallada. Sabían que en ese momento no contaban ni con Perón, ni con el partido, ni con la CGT, pero sí que eran parte de un movimiento nacional que la brutalidad dictatorial lo haría también clandestino, pero sería la herramienta contra los opresores.
Las acciones de la resistencia obligaron a forjar una nueva conducta gremial con mucha presión de base, ya que habían desaparecido todas las garantías constitucionales y laborales. Los resistentes fueron además formadores de cuadros gremiales, porque el no actuar de una proporción de las conducciones que provenían de la CGT del gobierno peronista debilitaba las luchas obreras ( caso como el de Di Pietro, Cavalli, etc.). Esta dirigencia que fue domesticándose al servicio del capital, no estaba dispuesta a grandes sacrificios y preferían negociaciones con los golpistas antes que el encarcelamiento. (a estas corrientes liberales se llamo:”colaboracionismo”, “nueva corriente de opinión”,”Integracionismo” etc.).
La defenestración del Gral.Leonardi ( catolicismo conservador) por parte de sectores golpistas ultraliberales (Aramburu-Rojas) generaliza la represión (mas de 3.000 encarcelamientos sin proceso y mas de 35.000 expulsados de la actividad económica) lo que intensifica las acciones resistentes del 56, que actuaron en varios planos y cuyo organizador apreciable fue J.W.Cooke ,cuya audacia intelectual sorprendían al propio Perón, al poder encausar prácticas puntuales y aisladas hacia estrategias de recuperación popular insurreccionales sin su valoración. Frente a este dramatismo social el gallinero partidista (la Unión “Democrática) estaba ansioso por entrar por las puertas laterales de la “casa de gobierno” usurpada por tiranos para hablar de su futuro.
Acompañando la acción insurreccional estaban los que promovían el peronismo desde abajo en 1956 llamado “movimiento peronista de base” (sostenido por Miguel Gassera, Marino Vuelta y Amado Olmos) que procuraba la formación de nuevos dirigentes en el movimiento obrero y en el territorio para contrarrestar la ineficacia burocrática partidista y sindical. En el caso del MRP fundado por Gustavo Rearte planteaban roles específicamente revolucionarios a las nuevas agrupaciones obreras y a los sindicatos, pero no abandonaban su identidad con el movimiento. Otros como el Gral. Valle planteaban soluciones militares para la restitución del gobierno constitucional depuesto, con la condición de que las FFAA no debían intervenir fuera de los marcos constitucionales y democráticos. En esta acción heroica muchos pagaron con su vida la osadía de querer reponer al peronismo.
.Los militantes de la resistencia actuaron en casi todos los planos de la política (gremial, social, cultural, política exterior, etc.) generalmente desde el anonimato, sin exposición en cargos, con escasos recursos, con gran entereza moral, y fueron los principales movilizadores que generaron las condiciones para retomar el proyecto nacional, popular y revolucionario truncado en el 55, además de imponer el requisito social del retorno incondicional de PERÓN al país en plenitud de sus derechos cívicos como garantía de libertad democrática. Este plan de lucha implicaba la restitución incondicional de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución de 1949 y el libre ejercicio de la democracia, sin ninguna enmienda. El propósito era avanzar estratégicamente y como algunos decían: “Si el país tenía soberanía en los actos económicos y los ejercía con justicia social, entonces habría independencia política y así se consolidaría el necesario sostén del estado a la economía social y a afianzar la justicia laboral” ( línea política y proyecto nacional que pienso es propiciada audazmente por los gobiernos del matrimonio Kirchner)
Pese a la importancia de las políticas gremiales que confrontaban la caída del salario, la reducción del gasto público, los despidos masivos y los abusos patronales en la época en que se proscribió al peronismo (55-73); su existencia no se debía al arrojo de unas “62 variopintas” sino por la presencia social de un activismo movilizado y de una conciencia colectiva en la clase trabajadora que ya no claudicaba ante los diferentes regímenes que adoptaba el sistema capitalista dependiente y que condicionaron los cabildeos gremiales permanentes hacia la avaricia empresaria y a negociar derechos o sacrificios ajenos.(Se confirman estos acontecimientos por los relatos de Federico Durruty) . Un caso emblemático fue la resistencia a la desnacionalización del Frigorífico Lisandro de la Torre, donde pese a las bravatas de Frondizi y a las indecisiones del amarillismo cegetista ( se negaban a convocar a un paro gral.) el conflicto se generalizo como repudio nacional a la entrega de patrimonios públicos. Finalmente la resistencia desnuda al generalato que mostró su hilacha mercenaria y reprimió salvajemente la toma del frigorífico por los trabajadores y a los movilizados en su defensa, encarcelando al heroico dirigente Sebastián Borro y echando a la calle a mas de 1500 obreros para complacer al capital extranjero. (1ra.crisis del voto restringido y del presidencialismo vigilado del régimen).
Los movimientos populares se comprenden si se analizan como acciones concientes o no, cuya dinámica tiene objetos a cumplir y que satisfacen los sentimientos comunes postergados. Por eso aunque operen en contextos económicos “burgueses”, por la calidad de sus sujetos orgánicos (que no son únicos) pueden llevar a cambios revolucionarios. En el caso del peronismo cuando la clase obrera tuvo protagonismo político en las acciones de gobierno las transformaciones fueron revolucionarias. A esta ecuación de clases la izquierda mitriomarxista (como diría Jauretche) nunca las pudo digerir porque no se amoldaban ni a sus propuestas de “maxima” ni de “mínima”. La ”derecha nacional” sí, pero con intoxicaciones y malestares; calificando su grave estado como un ataque de los “zurdos”, pero en este caso no apuntaba hacia la “izquierda” sino a los trabajadores y cuadros peronistas . Cabe aclarar que en el año 1944, en las postrimerías de la 2da. guerra, una marcha de trabajadores se dirigió a la Secretaría de Trabajo y Previsión a pedir explicaciones a Perón sobre su postura respecto del grave conflicto bélico y de allí surge la consigna “ni yanquis ni fascistas, peronistas” por su línea abstencionista; pero que luego los ideólogos de la reacción corporizados en el vandorismo sindical , ( Alonso, Coria, Vandor, etc., en complicidad la dictadura de Ongania, llamándose también “peronismo sin Perón”), la reformularon perversamente como “ni yanquis ni marxistas, peronistas” creando una falsa ideologización del sindicalismo para enfrentar a sus bases amotinadas con el sistema. La derecha conservadora para envenenar al movimiento, se entromete en varios frentes, sobre todo entre los trabajadores y que muchos por prejuicio, por corrupción y por ignorancia no se percatan de la maniobras divisionistas en juego.
El retorno de Perón se produce en condiciones diferentes a las previstas por la resistencia peronista y a la situación de expansión industrial argentina previa a 1945, porque las dictaduras provocaron endeudamientos, déficit en la balanza comercial, inflación galopante, desempleo, extranjerización de empresas, disminución del “gasto público”, aumento de la tasa de interés, corrupción estructural, invasión monopólica y de capitales golondrina, caída salarial, regresión cultural, violación e inaplicabilidad del derecho laboral, etc. que no se resolvía instalando por decreto en “socialismo”.
Había que reconstruir como mínimo las condiciones económicas, constitucionales, sociales y políticas previas a 1955, porque para ello el pueblo votó mayoritariamente a Cámpora y mas de 1.000.000 de habitantes se movilizaron para concurrir a Ezeiza a recibir a Perón, principalmente motivados para que se reimplantara la justicia social y que el ingreso laboral, principal variable de ajuste del golpismo, creciera nuevamente hasta superar el 50 % del PBI. Con esta incidencia en los ingresos, se alcanzaría el poder suficiente, de tal forma que las políticas económicas y sociales, la orientación del presupuesto y los recursos naturales estarían en manos de quien realmente moviliza la sociedad, sostiene la productividad y defiende la soberanía. Así se pensaba. Y para estos logros era necesario reconsiderar nuevamente los derechos laborales, sociales y el abusivo rol de la propiedad monopólica y terrateniente. Estas eran las tensiones en juego que se desencadenaban y que no eran ni reformistas, ni economicistas, ( o 99 % burguesas ) como suponían y suponen los gurúes de la izquierda (estas proyecciones consumaba en gran parte de los objetivos económicos del movimiento en la década del 45 al 55 y el de su base constitucional del 49). Por lo visto, el papel de J.Gelbard (Ministro de economía 73-75) era lograr una nueva “acumulación primitiva” principalmente con el empresariado afiliado a la CGE , porque los recursos del estado fueron liquidados por los regímenes militarizados (algo que no se podía lograr en un mes) y eran indispensables para salir del estancamiento; pero lo determinante en materia política económica de la época era el rol que el ejecutivo fijaba a la redistribución del ingreso y a la participación obrera en la gestión industrial y agropecuaria, cuestión que dependía de la organicidad del movimiento obrero y de su participación. (No se puede medir una política económica por el grado de afinidad burguesa que se le puede asignar a un ministro, como aprecia Horowicz).
Las condiciones en que se establece la apertura electoral del 73, difieren enormemente a las del fin de la guerra del 45. El golpe del 43 fue contra el continuismo oligárquico y la economía se encaminaba a la sustitución de las importaciones pero en el 73 los golpistas estaban casi obligados a la apertura “democrática” por el rechazo civil a las proscripciones, al desastre económico y al partidismo militar( fracaso del GAN). Situación que de continuar implicaría inevitables levantamientos insurreccionales. Los militares se retiraban a los cuarteles, sin que por esto el ejército abandonara la teoría de la “seguridad nacional”( táctica antisocialista diseñada por los EEUU para que los ejércitos latinoamericanos combatieran los posibles movimientos revolucionarios en su territorio, enseñadas en la “Escuela de las Américas” de Panamá) O sea que el peor enemigo para sus mandos seguía siendo el interno y que aún había que vencer, no importándole que el país se sumerja en la pobreza y en la guerra civil. Operaron de manera tal que los conflictos que ellos causaron los resolviesen “los peronistas”, trasladándole su ”guerra interna” al propio movimiento, donde ya habían penetrado los conspiradores reaccionarios a tal propósito, sobre todo en el aparato sindical, ensuciando la democracia popular naciente.
Si a este cuadro inestable le agregamos que el retornar del proyecto nacional no contaba con la suficiente adhesión de las cúpulas sindicales colaboracionistas, ( ya en 1968 se había dividido la CGT, quedando como confrontadora al régimen militar un sector reducido muy activo, llamado CGT de los Argentinos, liderada por Ongaro, Di Pascuale, Atilio Lopez, Santillán, etc.) entonces por coherencia el objeto primario de los militantes populares era recomponer las bases del movimiento antes que pedirle “definiciones “ en el vacío a Perón y una conducta improbable al PJ. Los jóvenes naturalmente rebeldes y transgresores, aunque no experimentaran gobiernos libremente elegidos, convivieron con repugnancia las dictaduras retrógradas y paralizantes, pero por distantes de la actividad productiva, de políticas participativas y de acciones constituyentes por la bestial exclusión padecida, era poco probable que conformaran un “frente juvenil revolucionario ” como encuadra Horowicz en su” 3er. peronismo”, porque los frentes suponen acuerdos tácticos de direcciones orgánicas y lo existente era sectario y poco dispuesto a disolverse( o sea poco revolucionarios). No así los movimientos de masas que era lo que se debía fortalecer para transformar esa Argentina oprimida y despojada.
Otro infortunio al voto popular fue el aventurado ataque al Cuartel de Azul por el ERP en enero del 74, pensando seguramente este grupo que eran los iluminados predestinados a señalarle al pueblo donde se oculta su verdadero enemigo, no importando las circunstancias políticas y las consecuencias sociales del hecho. A.H. hace mal en señalarlos como “guerrilla guevarista” ya que Guevara no guerreó contra gobiernos surgidos por el voto popular. Batista era un legendario dictador caribeño y en Bolivia los generales Ovando y Barrientos habían dado un golpe contra el gobierno popular de Paz Estenssoro. Por esto en la Argentina del 74, donde después de 18 de proscripciones el pueblo pudo volver a elegir, no podía pensarse que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, sino que pasaría a ser “la imposición de determinadas políticas antipopulares por medio de la violencia y el poder militar” y ningún acto bélico se justificaba si el pueblo no lo requería. El hecho del Cuartel de Azul solo puede medirse como una irracional provocación de consecuencias reaccionarias. (a las castas abigarradas al poder económico esto le venía como anillo al dedo, pero a los jóvenes como un auto de prisión preventiva)
.Pese a que la movilidad popular fue ferozmente combatida por los genocidas del 76 para implantar el neoliberalismo, en diciembre del 2001 la resistencia popular cobra fuerzas al igual que la resistencia peronista y produce la caída no solamente de un títere como De la Rua, sino del paradigma neoliberal, recuperándose la participación popular en la demanda de justicia y programas sociales, que en gran parte han sido sostenidos posteriormente por los gobiernos del matrimonio Kirchner.

Carlos Kifer
La Organicidad Obrera

lunes, 14 de marzo de 2011

NACIONALES - LA ORGANIZACION DE LOS PUEBLOS


LA ORGANIZACIÓN DE LOS PUEBLOS


     Los Movimientos Políticos Latinoamericanos fueron y serán la herramienta organizativa natural para la liberación de los pueblos oprimidos del continente.

     En estudios precedentes, cuando se reviso la historia social y política de las masas populares latino-indo-americanas, especialmente en lo relacionado a los métodos organizativos en que cristalizaron las luchas por la emancipación ,se puso en evidencia la trascendental importancia que adquirieron los movimientos nacionales y americanistas en la conquista de sus derechos y en  la toma de conciencia de sus valores. Ellos fueron constituyentes de lazos de integración territoriales y poblacionales, también vehículos de acción unificadora entre comunidades nativas  y diversidades culturales provenientes de corrientes migratorias.
   Además constituyeron nuevas identidades de hecho y de derecho, tanto en materia social, como económica, política, militar y jurídica.
   Los ejemplos mas relevantes por sus consecuencias y por la justicia de sus causas en la Argentina son:
                                          El movimiento antiabsolutista  que enfrentó en América las dictaduras monárquicas europeas, que asciende al gobierno mediante la Junta proclamada el 25 de mayo de 1810 ,y sus consecuencias posteriores expresadas  en las guerras por la independencia y liberación popular contra la restauración realista encarnadas en las figuras de Mariano Moreno y José de San Martín entre otras, como  emergentes indiscutidos de la época..
         En segundo término, el movimiento democrático contra las élites oligárquicas terratenientes que monopolizaban los beneficios del comercio ultramarino y del puerto de Bs. As.,que se autoelegìan  a través del “fraude patriótico”, culminando en el gobierno de Hipólito Yrigoyen  del año 1916.
          Por último, el movimiento contra el neo colonialismo británico que  extremó su opresión en la ”década infame”,y que vertebró en el antiimperialismo de las masas obreras sindicalizadas, identificadas en las figuras de Gral. Peròn y de Eva Duarte  a partir del 17 de Octubre de 1945. 
       Todos estos movimientos en cada momento histórico determinado representaron inconfundiblemente el “partido” de las masas  oprimidas y postergadas, ya que la partidocracia liberal-conservadora los excluíaa como sujetos políticos y culturales.  Con las corrientes migratorias a fines del siglo XIX y del XX se agregan al elenco partidista las distintas variantes de la izquierda progresista que actuaron objetivamente como aliados moderados del régimen liberal dependiente europeizado sin integrar a las masas que no congeniaban con su programática ortodoxa y de estuche clasista.
        Verdaderas causales de injusticia, exclusión, venalidad y sometimiento provocaron el surgimiento de estos movimientos, que de manera orgánica  asociaron sentimientos y esfuerzos dispersos en un objetivo nacional común, provocando cambios en la composición de las clases gobernantes y en los factores que definían al poder, obligando a que los programas de gobierno incluyan reivindicaciones impostergables para las necesidades e intereses populares .Estos movimientos populares fueron los únicos que consolidaban la soberanía nacional.
        Su presencia y accionar permitió a los sectores marginados , sin poder de decisión económica , sin marco institucional de referencia, rechazados por la cultura dominante, ,limitados en sus recursos y movilidad, sin prensa ni medios de expresión( sin nadie que los represente políticamente ), actuar en forma masiva  y con fuerza  convocante para provocar los cambios imperativos que las nuevas situaciones requierendel estado y de la economía.

         Es una herramienta en el sentido estructural y un poder indelegable,
ya que lo disperso y aislado se integra  a lo publico y a lo privado ; y la crisis social encuentra instancias superadoras a lo que aparece como fatalidad del sistema. El ser se siente parte de un grupo orgánico mayor que  lo integra con sus propuestas a acciones trasformadoras que operan a  escala nacional. 
        Estos movimientos superan el marco estrecho, frustrante ,interesado y burocrático de los partidos y frentes partidocràticos, que no logran soluciones a los conflictos sociales y productivos. Quiebran la intolerancia , los prejuicios y el accionar sectario de las elites intelectualoides, conservadoras y ortodoxas.

        Los movimientos promueven nuevos elementos constituyentes que replantean las funciones de estado, ya que incluyen socialmente nuevos actores económicos, sociales y políticos para superar los viejos sofismas 
del capitalismo dependiente  y de la subordinación a poderes internacionales.

        Políticamente han sentado bases  de inclusión social y económica a nuevos sujetos sociales , en la medida  que integran necesidades inmediatas y voluntades de cambio, con proyectos nacionales o estratégicos que modifican las bases económicas en que se sostenían los grupos de poder dominantes. En todos los casos mejoraron el nivel de vida de las poblaciones y su
movilidad social , siempre  que se asegurara la presencia política de sus actores y,  la  evaluación critica y cultural de las consecuencias de sus proyectos.
       Es necesario aclarar la concepción del término “liberal” en el uso crítico que se le dá en este artículo:  el liberalismo económico en Inglaterra se pregonaba para proteger la expansión de la revolución industrial en Gran Bretaña, de manera que el resto de los países abrieran libremente sus mercados internos a sus mercancías en detrimento de sus incipientes industrias.  El liberalismo político de la revolución francesa se manifiesta para colocar a la burguesía como clase revolucionaria a nivel mundial contra la nobleza parasitaria y sus vicios territoriales; El liberalismo filosófico en Alemania  se dá contra el predominio absoluto de los nobles y la asignación de limites territoriales que se atribuía la iglesia romana.    Pero el “liberalismo” en la Argentina se construyó de manera invertida, falaz, perversa con un fin de sometimiento permanente a los intereses internacionales:  Es para que nos abramos permanentemente a cualquier mercado, menos al nuestro; que adoptemos cualquier política extraña a nuestros intereses soberanos y finalmente que cualquier filosofía  sea mejor que la que surja de nuestros intelectuales y del la cosmovisión del sentido común americano.
( habia mercado interno en la Argentina? Habia capacidad de consumo?
Me parece que lo que no se pensaba era en desarrollar pais y que exista poder adquisivo en la población mayoritaria.
No habia burguesia , ni nacional, ni otra.
Que tipo de comunistas o socialistas eran los que vinieron? En que escuela aprendieron lo que significaba explotacion, desposeidos,marginados?y los que los siguieron en la absoluta incomprensión , que nunca entendieron las cuestiones mas simples, donde está politicamente y como se mueve la clase trabajadora en la argentina ,ignorancia y arrogancia que les valió el repudio tanto en los votos como en cada uno de sus errores y hoorors historicos.
Lo peor es que estos partidejos comprometieron “ terminos “ , dieron luz verde al macartismo reaccionario , sirvieron de escusa para los atropellos de los que metiron todo el mundo en la misma bolsa con el tilde de “ zurdos” y otras denominaciones, que acabaron perjudicando que muchas vezes no se puedan llamar las cosas por su nombre e incluso un terrible prejuicio para muchos compañeros muy valiosos.)
           La aclaración precedente indica que la acepción “liberal- conservadora” no sea contradictoria : pues” liberal” significa que todo lo extranjero siempre es mejor y” conservador “es para que esto nunca se modifique.
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          La reacción liberal-conservadora como los intereses del capitalismo internacional etiquetaron despreciativamente  a los integrantes de los movimientos como  :  chusma, populacho, crudos, anarquistas, montoneros, tumultuosos, pro-rusos, peludos, grasas, subversivos, etc., y cuanto mote descalificador y agresivo se le ocurriese con tal de poder desautorizarlos y reprimirlos. Pero siempre ocultando arteramente los verdaderos motivos de su odio que era y es  el temor a perder su privilegio de ser los únicos adinerados y parásitos  de los bienes del estado. Literalmente los verdaderos “vagos y mal entretenidos”.
         La naturaleza constitutiva de un movimiento debe ser replanteada. Hoy los liderazgos emergentes y circunstanciales de las crisis ya no alcanzan como evidencia de un movimiento, ni la sumatoria de acontecimientos parciales, pues no es una construcción acrílica lo que lo construye, sino un auto conocimiento permanente del papel que se cumple  dentro  de un proyecto general (nacional) como sujetos conscientes. Son facultades necesarias en la dinámica  para poder transformar la realidad.
        La vigencia inexplicable aún , de la ley fundacional de 1853 constituye un verdadero anacronismo  y un  sin numero de especulaciones interpretativas, que vician las consecuencias de su aplicación, ya que esta no emerge como integradora  de causas internas; porque otorgó aparente libertad política a sectores populares a cambio del reconocimiento permanente  de instituciones que sostenían las desigualdades sociales y el ejercicio absoluto del derecho de propiedad de las castas dominantes. También aseguró  el sometimiento a los  intereses internacionales .  Por esto nunca interesó a sus redactores la incorporación de los movimientos populares como sujetos de derecho y un marco legal que contemplara la democracia directa como voluntad ausente de las masas en las decisiones políticas-
                         Además subsiste la idea en los grupos de poder concentrado de que si estas reglas  “constitucionales “ libertinas no se cumplen  de acuerdo a sus intereses  e interpretaciones, pueden recurrir permanentemente al fraude colonial para decir quienes son democráticos y quienes no, avasallando sus propias instituciones y por último usar la fuerza represora  para mantener un orden ilegal y de privilegio.( a veces se invierte este orden )
           El movimiento peronista al integrar a la clase obrera como nuevo sujeto social reconocido por el estado, se ve en la necesidad de implementar una reforma constitucional para consagrar los derechos del trabajador  y la función social de la propiedad; asegurando la disposición de los beneficios del capital industrial nacional para la movilidad econòmica interna . Estos objetivos también necesitaban el control estatal de los recursos naturales y el ejercicio irrestricto de la soberanía territorial. Pero este marco no alcanzó a desarraigar del poder tradicional a las viejas castas que derogaron la  reforma constitucional de 1949 en el golpe reaccionario del 55.  Esta Ley Fundamental , aunque con sus limitaciones funcionales, jamás se  rehabilitó ,siendo absolutamente democrática  y legal en su aprobación.  Esta acción de facto  hace que todo acto de derecho posterior sea viciado y nulo de efectos, pues tiene como consecuencia la destrucción de las bases jurídicas del Movimiento
Popular del 45. La supuesta reforma parcial del articulo 14 bis del año 57 tubo como objeto crear una cortina de humo para distraer a la masa obrera de tamaña infamia política y daño institucional.
          Este hecho demuestra claramente que el “enemigo” del poder económico concentrado no era un dictador que sometía a un pueblo dócil, sino un movimiento que había alcanzado a modificar las bases jurídicas que privilegiaron a las viejas castas gobernantes durante más de un siglo.
          La  dictadura liberal-conservadora que se instala en 1955 tiene un objetivo estratégico: proscribir al movimiento y domesticar al “partido”(PJ) ,casualmente los mismos presupuestos que en 1810 y 1930 : donde  en primer lugar se proscribió a los morenistas, luego se ignoró a San Martín  y en segundo lugar se encarceló a Irigoyen y fructificó la “concordancia” entre el régimen y   M.T.Alvear   Quiere decir la misma metodología para destruir los movimientos nacionales democráticos históricamente populares.
       
         
          Los conceptos que preceden permiten analizar el momento actual  y  apreciar cual es la herramienta necesaria para que el pueblo argentino logre liberarse de la explotación del capitalismo internacional.  

          Básicamente al movimiento peronista lo dinamiza  una redistribución de ingresos orientada a aumentar el consumo interno  incrementando los haberes  de la clase asalariada  aumentando significativamente su participación en el PBI interno gestado a través de la discusión paritaria y promoviendo la industrialización. Los recursos financieros se obtenían a partir de la alta renta diferencial de la tierra, que siendo la mas alta del mundo,  aunque se  aplicaran impuestos importantes a las transacciones dejaban un margen de utilidades adecuadas a los productores de la pampa húmeda. Acompañaba esta expansión un sostenido plan social  de obras publicas y una base de infraestructura industrial autónoma.  El  estado ejercía el control del comercio exterior y el de los depósitos bancarios  Esta nueva política de manera inevitable obligaba a planificar el futuro de la industria y la tecnologizaciòn a gran escala de la producción agropecuaria  y su correlato en la tenencia de tierras.  Estas proyecciones no se trataron orgánicamente en el movimiento ni se compusieron estructuras adecuadas  a tal fin, lo que aceleró la conspiración liberal conservadora que nunca se controlò y previó.    Se aliaron nuevamente el nacionalismo católico de corte corporativo  de origen saavedrista , con el liberalismo aperturista financiero , dependiente de los centros mundiales  de raigambre rivadaviana, para derrocar por la violencia al movimiento popular revolucionario surgido en  los albores de 1943.
                          
         Varios factores contribuyeron a debilitar la fuerza inicial del peronismo, tanto externos como internos y todos incidieron en paralizar su dinámica transformadora y liberadora.  Contó desde su comienzo con la hostilidad de la capa estudiantil , mayoritariamente de origen migratorio, adiestrada en el racionalismo liberal europeo que veìa a los movimientos como fenómenos irracionales, carismáticos, instintivos, subalternos, confusos, promovidos por un fanatismo de corte místico, propio de mentes atrasadas y proclives al totalitarismo . Por ello jamás se ha detenido a analizar el carácter  eminentemente  social y humano de sus causales. Estos prejuicios lamentables y canallescos fueron inducidos por el elenco académico reaccionario heredado que consideraba que todo lo de origen popular era vulgar y demagógico o un desvío de la fe  y la moral. Este plantel no pudo renovarse  ni modificarse en tiempo y forma y operó sobre todo en la clase media que acató cuanto golpe se promoviera contra los movimiento populares.  
                          Acompañando a este calumnioso libreto contra los movimientos de masas se encolumnaron casi todos los grupos de izquierda existentes , educados en el  mismo patronato de intelectuales antinacionales y envidiosos de  que el pueblo no los seguía  incondicionalmente como partido iluminado y salvadores de la patria. 
                    Erróneamente se sostuvo que los hechos justos producidos con las obras de gobierno, el hacer sin que todos conocieran los objetos, la distribución sin conciencia de sus porque y el devenir promisorio y feliz que  esperaba a todos los argentinos eran suficientes para sepultar un pasado de opresión y miseria . Pero la realidad demostró que sin desterrar los cimientos de la cultura liberal  con  personeros e instituciones , posibilitan que la reacción se organice y destruya  los mas nobles y justos propósitos, minando la confianza, corrompiendo ideales o infiltrando parásitos del sistema ,como los nacionalistas católicos o oligárquicos,  para usurpar representaciones y descomponer al movimiento, transformándolos en una corporación sin representantes de las clases populares en las decisiones del poder .
              En lo económico no bastaba con la nacionalización de los servicios públicos, o que los nuevos pasaran a la órbita del estado, sino que la gestión de las mismas sea controlada y promovida  por los propios beneficiarios y no por intereses privados o lucrativos .     
        Tampoco bastó que para la clase trabajadora los gremios fuesen el  máximo peldaño de su acción política  dentro del movimiento, porque esto la limitaba a accionar solamente  en el plano de las reivindicaciones  sindicales.
      En lo que hacía a la Defensa Nacional era imprescindible asegurar que todos los cuadros en actividad abrazaran la tradición sanmartiniana de la confederación de estados sudamericanos, contraria al intervencionismo extraterritorial en sus países por potencias extranjeras y al expansionismo colonialista . También a toda acción política que viole los principios constitucionales y el orden democrático surgido de la voluntad popular ; de manera que no quede latente la insubordinación golpista tanto militar como institucional. Y que uno de los aspectos principales de la soberanía era la defensa incondicional e imprescriptible del artículo 40 de la Ley Fundamental  del 49  y la integridad territorial. Esta selección al no efectuarse oportunamente, dejó prosperar a la escuela de la inquisición propensa al militarismo mercenario, sustentador de aventuras golpistas y retrógradas que potenciaron cuadros que solamente persiguieron patriotas, que no se rendían ante el imperio de turno en alianza a una oligarquía que festejaba poder doblegarse nuevamente ante la corona británica y regocijada de ver sufriendo al pueblo por el bien del capitalismo internacional.
           Por esto los grupos de privilegio se establecieron como meta destruir los movimientos y dominar o corromper los partidos de toda clase. En el caso del peronismo aislaron y persiguieron a sus mejores dirigentes, destruyeron a sus agrupamientos juveniles, aburguesaron a la dirigencia sindical , expulsaron del trabajo a los obreros politizados y desbastaron su estructura económica.    
          Quedando el movimiento como recuerdo y la burocracia institucionalizada por las dictaduras como un partido mas de control social.

Esto convierte al peronismo en una entelequia ,porque la masas americanas solo saben expresarse a través de movimientos y no de partidos, y el PJ NO PUEDE atribuirse su representatividad ya que como partido es solamente una variable del sistema que no incluye a el pueblo como sujeto principal.
         Pero ese movimiento no fue indeleble a la erosión del tiempo y a la violencia del sistema de opresión y es aquí el porque es necesario revaluar su situación, cual será es su estructura y los objetivos a cumplir.
                                                              
                      (Sigue en próxima entrega)